4 de octubre de 2006

Te hace mal si te lo tragas.

Hay algo que me está dando vueltas en la cabeza. Desde chicos nos vienen diciendo que hay cosas que no se deben tragar (una semilla, un chicle, la pasta de dientes, el Listerine; la lista es larga).
No sé si sea un mito, pero también escuché (y leí) que si te tragas el coraje, o la bronca, te hace mal, o te da cáncer. Aunque supongo que tragar el humo de cigarrillo también es malo...y también te da cáncer... igual nos vamos a morir algún día, escuché de muchos.

Pero, que hay con tener que tragarse las ganas de gritar, golpear y llorar cuando algo te está molestando. ¿Realmente es mejor no hacerlo?... No hay duda que hay una infinidad de cosas (y gente, actitudes, y hechos) que uno no puede evitar tener que "tragarse" y después ver los efectos que causan en tu organismo. ¿O no?

3 comentarios:

Fernando dijo...

Yo tambien escuche por ahi que es malo tragarse cosas. Sobre todo si eres epileptico.
Pero, hay cosas que uno se tiene que tragar. A veces lo hacemos por propio bien, otras por amor, otras por respeto. Si te tragas cosas por motivos diferentes a los mencionados, creo que no debes tragartelas mas. Mejor sacalas de tu sistema; no pertenecen a el.

Kike dijo...

¡Hombre, no sabía que daba cáncer! Si es así, debo tener una metástasis de campeonato, je, je...

Iba a escribir no recuerdo qué por acá, cuando leí el comentario de Alter-ego de Fernando... y qué bueno... bastante sensato. Así que me limito a un humilde "me too" porque lo suscribo íntegro.

Aunque lo ideal sería, eso sí, morirnos de hambre en ese sentido, ¿no? No digo no tener fuerza de carácter; digo que lo mejor sería no tener colerones nunca... Pero al paso que va uno...

Nini dijo...

La verdad es que dificílmente se pueden evitar los tragos amargos de la vida. Y evitar sus efectos.
Ese es el dilema.
Siempre evitando tantos tragos amargos, para a veces encontramos tragos que estamos dispuestos a tomar quizás porque queremos encontrarnos con algún significado de nuestra existencia.

Aclaración

Suelo inspirarme en imágenes propias y ajenas. Pero muchas de las fotografías que ilustran mis escritos son gracias a los fotógrafos que comparten sus fotos en Flickr. Puedes ver y usar las mías aqui.