Desperté y se había ido de aquí. Me dejó una nota de despedida en la mesita de luz. Decía en letras casi imperceptibles que su partida dejaria un sabor amargo en la garganta al menos por un tiempo. Me tranquilizaba pensar que regresaría a mí. No imaginé días infelices en su ausencia. Era necesaria de algún modo. Cuando regrese volverá con una sonrisa en los labios y un beso inolvidable.
Me adelanté para verte antes de que te fueras. Te ví sonriente y feliz. Esa era la mejor de tus sonrisas y supe que verte antes de irme era la tranquilidad que necesitaba. Los colores te invaden el rostro y te muestras tal y como te recuerdo.
El cuarto está siempre oscuro. La luz no se conoce. Los seres que lo habitan conviven bajo la percepción de que algún día todo va a cambiar. Se quedan expectantes, callados, en guardia... agazapados para atacar incautos. Se convierten lentamente en seres monstruosos, sin miedo a nada y muertos de todo. Sus esperanzas de cambio se transforman en sed de vivir. Aguardan ansiosos para surgir desde las sombras a la luz que los libere. Añoran convertirse en el mito terrible de la imaginación infantil. Y lo logran conmigo.
a media noche / at midnight, originalmente cargada por lugosi.
El era uno de muchos que con todo el corazón buscaba esa fuerza que lo impulse, que lo libere, que entienda sus locuras internas, que cure sus heridas. En esa búsqueda, intentaba ser esa fuerza en otros, esa mano amiga, ese amor incondicional... Por dentro, tenia un gran enojo contenido, molestia de no poder demostrar todo lo que sentía, pero ante todo una enorme necesidad de amar profundamente. Miraba en otros, intentaba descubrir el camino, dar todos los pasos que le conducirían al final. A veces el camino era una encrucijada, un laberinto del que no podía encontrar la salida. Por momentos creía que no podía seguir sino de ciertos medios que lo ayudaran a sostenerse, por si mismo, nunca podría mantenerse en pie. Le dolía el dolor ajeno, además del interno, del que no podía evitar evadirse a su manera. Buscaba excusas en las respuestas que le ofrecía el olvido.
Debía pasar por ciertos procesos para poder desintoxicarse del todo y dejar de mirar al pasado con tristeza.
Palabras intangibles brotan en el espacio entre el papel y la pluma. Ellas no pueden dialogar entre si mismas sino cuando uno se empeña en presentarlas correctamente. Es ahí en que se alían y hasta se vuelven locuaces. Se encuentran ahora sentimientos y razones dialogando en una hoja de mi agenda. Ya que se conocen, ahora no pueden separarse. Mutuamente, una le va diciendo a la para donde ir. Si por las noches despierta la razón, el sentimiento se va a buscar a la palabra que la ubique en su lecho. Pero es casi imposible que la razón encuentre la palabra exacta para calmar un sentimiento.
Definitivamente tengo demasiadas ganas de volver. Quiero sentarme a contar anécdotas mías y ajenas. Quiero compartir la ficción para descubrir la realidad. Necesito descansar en las palabras, frases y por las noches tirar cada botella sin saber que rumbo tomará. Necesito perderme para encontrarme. Necesito viajar los casi diez mil kilómetros que recorro en milésimas de segundos en un abrir y cerrar de ojos. Tengo ganas de transportarme, sin ninguna excusa ni ninguna preocupación. Quiero flotar con las emociones mostrando las sonrisas. Quiero flotar en el mar para siempre; saber que alguien lejos muy lejos me encontrará. Es probable que quien me encuentre quizás no entienda de donde vengo ni cual es mi rumbo final.
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