El reencuentro (I)
Ayer me pareció verle.
Llevaba su pelo con ese peinado que nunca le vi a nadie mas. Sería el aroma de su desodorante que decía usar y en realidad era su mejor perfume. Quizás el reflejo de su figura delgada en el vidrio quería que lo reconociera.
Yo no quería asegurarme por temor a encontrarme indefensa ante su mirada, sin saber qué decirle.
Mi mente volaba, pensando en que quizás era mayor el deseo en su presencia que mis ganas de mirar para estar segura.
En esos divagues estaba, cuando miro que el asiento se desocupa y se sienta justo ahi, a mi lado.
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