Visitas a la Nostalgia
Curiosos seres son los que llaman a la puerta de la nostalgia.
Impacientes, rasguñan la superficie del recuerdo. Silenciosos y desnudos, quedan cansados después de visitarla; boquiabiertos, como sorprendidos, salen del recinto.
Las visitas frecuentes suelen agotarlos en demasía. Muchos se han percatado de esto y se preparan, como si fueran de campamento. Llevan consigo lo necesario para que no los tome desprevenidos y les llueva encima.
Otros son mucho menos cuidadosos. La van a buscar desprovistos, esperando ansiosos a que ella los empape o por lo menos rocíe con todo lo que añoran.
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