Analogías

Recuerdo cuando había mas letras por aquí. Pero decidí devorarlas. Quedaron muy dentro ahora. A veces algunas las tengo que devolver. Es sin querer. Por eso cuando algunos vienen, me dejan un recuerdito. Pienso que es porque dejo abiertas las persianas. También es sin intención. Es solo olvido. Entonces quien viene, mira, y quieren llevárselas. Pero yo se las regalo.

La decadencia tendría que ir desapareciendo de a poco. Ahora siento que todas las palabras dentro se están digiriendo. Todas me nutren. Otras tendrían que irse.

Me alimento ahora de esas frases tuyas. Pero a veces me indigesto. No se bien si es por los adjetivos o si serán los verbos, quizás sea la mezcla o la entonación que le das. Incluso cuando no dices nada, la mesa está servida. Puede que entonces quienes coman de mi ahora, ya salen medio intoxicados. Se creen que el postre es la comida principal o viceversa. O peor, confunden lo salado con lo dulce. Aunque admito que suele pasarme lo mismo en ocasiones.

No niego que a veces me niego a probar bocado. ¿Será que el ayuno de oraciones pueden traer buenos resultados?