"No se trata de poder sino de querer..."
Lo había escuchado tantas veces que esa vez no lo dudó. Se encaminó a la puerta, decidido a hacer lo que hacía tantos días
quería hacer y se frenaba a hacerlo. Dicho sea de paso, no era que no pudiera por estar impedido físicamente sino por sus constantes pensamientos de culpa. La maldita culpa. La villana lo había atado por tanto tiempo que ahora, que su querer era mas poderoso que su poder, estaría furiosa. Cuando llegó a su destino, se sacudió del último pedazo de ella que le quedaba. La dejo tirada en la calle, sin miramientos. Alguien la recogería sin problemas. A el ya no le importaba y seguiría gustoso sin ella aunque sabía que inevitablemente ella volvería a buscarlo.